En el tapiz de la vida, donde se entrelazan los hilos del tiempo y la memoria, pocas relaciones son tan duraderas y preciosas como la que compartimos con nuestras abuelas. Son los guardianes de la historia de nuestra familia, los portadores de la sabiduría milenaria y los custodios de los conmovedores, a veces misteriosos, secretos que se han transmitido de generación en generación.
Para mí, este vínculo con mis abuelas fue como ningún otro. Era un tapiz tejido con hilos de amor, resiliencia y la búsqueda del sueño americano. Desde sus primeros amores verdaderos hasta sus experiencias iniciales en los Estados Unidos, sus historias fueron una fuente de fascinación e inspiración infinitas.


Dos mujeres extraordinarias, dos vidas extraordinarias
Mis abuelas eran mujeres de fuerza y carácter, cada una con una historia única que contar.
Una de ellas llegó a Estados Unidos con sueños en el corazón y un brillo de polvo de estrellas en los ojos. Su viaje la llevó a una profesión sorprendente: planchar. Pero no una plancha cualquiera; se encontró planchando delicadamente las camisas blancas de Frank Sinatra, entre otras prendas ilustres. En un mundo lleno del encanto de Hollywood y las seductoras melodías del Rat Pack, ella estaba allí, alisando la tela que adornaba las espaldas de algunas de las figuras más icónicas de la época. Sus relatos sobre las noches, el suave canturreo de Sinatra y las sonrisas secretas intercambiadas bajo las luces brillantes dejaron una marca indeleble en mi corazón.
Mi otra abuela se embarcó en su viaje durante uno de los períodos más calurosos y desafiantes de la historia industrial de Estados Unidos. Trabajó arduamente en el calor sofocante de las fábricas de Gillette, con una determinación inquebrantable incluso frente a la adversidad. Su resiliencia y compromiso inquebrantable con su trabajo inspiraron no solo a mí sino a todos los que la rodeaban. Ella fue un testimonio vivo del poder de la perseverancia y el espíritu inquebrantable de quienes forjaron el camino de la nación a través del crecimiento industrial.
PERO ESPERA.....
Había un lado de ellos que ni siquiera creo que conocieran sobre sí mismos pero que compartían conmigo. Ambos eran muy divertidos y, ahora que lo pienso, eran MANDOS y CON CLASE.
Mi abuela Faustina, yo llamo a su alter ego Tina la de pelo largo. En mi opinión, ella era una modelo vestida con los hilos más finos hasta el sujetador. Quiero decir, cuando Tina apareció en una habitación con su RBF 9 (cara B en reposo) y esa apariencia fresca, uno pensaría que era una mujer blanca rica del East Side de la ciudad de Nueva York. No puedo esperar para compartir más de sus historias, como su viaje a Estados Unidos y cómo la determinación y (la Virgen María) hicieron todo posible; como casi quedar encerrado en Canal Street en la ciudad de Nueva York.
Mi abuela Felicita, imagínate esta alta, piernas largas, 5'7 con curvas y esta gran y hermosa sonrisa con un brillo en los ojos. Yo la llamo alter ego Feli. Ella era muy asertiva y decía lo que pensaba. Quiero decir, hoy en día ella estaría en alguna sala de juntas regañándoles a todos que hicieran lo que ella quiere ahora, no ayer. Ella era una chica de campo, por lo que sus historias y analogías te harán literalmente orinarte en los pantalones. No puedo esperar para compartir más de sus historias, como cómo se sintió al enfrentar tu verdadero amor como Chica Dorada.
Un vínculo que desafió el tiempo y la distancia
Como ocurre con la mayoría de los nietos, pasé muchos momentos con mis abuelas, apreciando los fragmentos de tiempo que nuestras ocupadas vidas permitían. Mientras vivía en Nueva York, todavía me ocupaba de hablar con ella semanalmente mientras crecía. Sin embargo, cuando me mudé a Nueva York nos reunimos. Mi abuela paterna siempre estuvo con nosotros y en un momento vivió en nuestra casa. Pero en mi corazón había un anhelo constante por su presencia. Incluso a medida que crecí, me aferré a mi preferencia por quedarme a dormir en sus casas, tener la oportunidad de saborear su reconfortante abrazo y escuchar más de sus encantadoras historias.
A sus ojos, yo era su chica dorada, un vínculo entre el pasado y el futuro. Nuestro tiempo juntos fue precioso, lleno de risas, lecciones de vida y el consuelo de saber que su amor era una constante en un mundo en constante cambio.
La inspiración detrás de Felicita y Faustina
La sabiduría, el amor y las historias que compartieron de mis abuelas se convirtieron en la piedra angular de la relación que ahora sirve como fuerza guía detrás de todo lo que hacemos en Felicita & Faustina. Sus vidas, con todos sus altibajos, triunfos y desafíos, se han convertido en la base sobre la que se construye nuestra marca.
Nuestros productos, clases y experiencias compartidas encuentran sus raíces en los momentos que pasamos con ellos, viviendo la vida al máximo y encontrando inspiración en cada rincón. Sus historias, como las dos caras de una moneda, representan no sólo el pasado sino también el futuro, y resumen la idea de que la clave del éxito es mantenerse fiel a uno mismo.
Un legado que vale la pena celebrar
Este blog es un homenaje a ellos, una colección de momentos que mantienen vivos sus recuerdos y nos inspiran cada día. Sus vidas se han convertido en una fuente de inspiración, un recordatorio constante de que la búsqueda de los sueños, la preservación del amor y el fomento de los lazos familiares son los esfuerzos más importantes de la vida.
Sus historias no son sólo sobre ellos; se trata de resiliencia, ambición y el poder duradero del amor. Tratan de un pasado que nos ha moldeado y de un futuro que seguimos moldeando en su honor.
Al celebrar las vidas de estas dos mujeres extraordinarias, celebramos la resiliencia y el amor que sustenta el rico tapiz de la historia familiar. Es un recordatorio de que detrás de cada empresa exitosa hay una historia de fortaleza e inspiración, una historia como la de mis abuelas: historias que nos inspiran a seguir persiguiendo nuestros sueños, a seguir construyendo nuestra marca y a seguir compartiendo nuestro amor por la vida. , la risa y la búsqueda de la felicidad.
Brindo por nuestras abuelas y por el legado de amor e inspiración que dejaron. Que sus historias sigan iluminando nuestro camino e inspirando a las generaciones venideras.
Tu N iña Siempre,
alicia
1 comentario
This is so sweet. Grandmothers are very special.